• El pasado 6 de febrero, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible declaró al hipopótamo (Hippopotamus amphibius) como especie exótica e invasora en Colombia, según Resolución 0346 de 2022.
  • La esterilización fue posible gracias al esfuerzo en conjunto entre las Autoridades Ambientales: Área Metropolitana del Valle de Aburrá, Corantioquia y Cornare, quienes contaron con el apoyo de la Universidad CES, a través del Centro de Veterinaria y Zootecnia – CVZ de Medellín.
  • El complejo procedimiento médico consistió en la realización de una ovariectomía, es decir, la extracción quirúrgica de los ovarios mediante laparotomía exploratoria a una hembra de hipopótamo de 1.200 kilos aproximadamente.
  • El exigente proceso requirió la participación de por lo menos 30 profesionales de diferentes áreas y especialidades, quienes fueron los responsables del exitoso caso, luego de 10 horas, entre inducción anestésica mediante inyección remota, el acto quirúrgico y la recuperación.

Colombia es el único lugar del mundo, fuera de África, que presenta población de hipopótamos, una invasión biológica que está generando un desequilibrio ecosistémico, debido a que, en la década de los ochenta, cuatro individuos fueron introducidos a través del tráfico ilegal de fauna, por el hombre.

El animal esterilizado hace parte del numeroso núcleo poblacional que habita en las cercanías de la Hacienda Nápoles, en la subregión del Magdalena Medio antioqueño, y se convirtió en el primer animal en Colombia al que le han realizado este procedimiento, luego de ser declarado como especie invasora.

 El médico veterinario Juan Pablo Villegas Tabares, de la Universidad CES, quien lideró el procedimiento explica que el procedimiento: “es una de las alternativas para el control de natalidad (…) y evitar la reproducción de esta especie”.

Para la intervención fue necesario el desplazamiento desde el Centro de Veterinaria y Zootecnia – CVZ en Medellín, hasta el corregimiento de Doradal (subregión del Magdalena Medio antioqueño) de un quirófano completo compuesto por una máquina de anestesia para grandes especies, equipos de coagulación avanzada, un monitor de signos vitales, laparoscopia y un telepac, aunado al apoyo de 30 profesionales, entre cirujanos, anestesiólogos, instrumentadores, médicos veterinarios, biólogos y auxiliares.

Los retos de la cirugía en campo

El médico veterinario Juan Pablo Villegas Tabares, de la Universidad CES, explica en detalle:

“El objetivo principal de la captura de este individuo era poder realizar una ovariectomía, que es la extracción de los ovarios y evitar la reproducción de esta especie. Eran grandes retos. Desde el punto de vista de la captura, tuvimos que hacer una ceba, después la movilización de equipos quirúrgicos y talento humano, entre 30 y 40 personas, con miras a la esterilización de este ejemplar.

La idea era trasladar un quirófano a campo. El paciente fue una hembra de 1.200 kilos aproximadamente. Su restricción anestésica fue un coctel de fármacos, suministrado en cinco dardos. El animal cae por efecto de los anestésicos alrededor de 50 minutos después de la primera dosis procedemos a hacer el acto quirúrgico, que estuvo mediado con instrumentadores, cirujanos, anestesiólogos y equipo de trabajo y apoyo, llevando a cabo una cirugía de tres horas y media.

Gran parte de la recuperación fue demorada, en el sentido que debíamos tener claridad de que el animal debía tener una ventilación voluntaria y espontánea, para poder hacer la extubación del sistema de asistencia ventilatoria que teníamos conectado a la máquina de anestesia. Este procedimiento de la recuperación del hipopótamo, tuvo una duración de tres horas postquirúrgicas”.

Colombia: pionera en este procedimiento y único lugar en el mundo con una invasión biológica de dicha especie.

Los retos de esta esterilización fueron muchos, desde la captura hasta la recuperación, como resalta el médico veterinario Juan Pablo Villegas:

“Desconocemos la anatomía del hipopótamo, y, por ende, los abordajes quirúrgicos para esta especie, ya que en la literatura no hay casi reportes de esterilizaciones en estos grandes mamíferos, porque no es el objetivo en África evitar su reproducción. Es acá en Colombia donde tenemos ese desafío y es una de las alternativas para control de natalidad. Hay muchos retos, desde lo quirúrgico, la ubicación de ambos ovarios y la retracción de los mismos, por eso se hace el procedimiento desde la cavidad abdominal.

Es un animal de más de 1.000 kilos, esto hace que las mismas estructuras abdominales limiten el espacio de trabajo. El principal desafío es suturar, ya que la piel tiene un espesor de 2.5 a 5 cm, aparte de sus capas musculares y periné”.

El procedimiento fue complejo, pero terminó con total éxito luego de 10 horas, entre inducción anestésica mediante inyección remota, el acto quirúrgico y la recuperación.

La cirugía se llevó a cabo una vez el Comité Técnico Nacional de Especies Invasoras y/o Introducidas presentara los hallazgos del estudio elaborado por el Instituto Alexander von Humboldt y el Instituto de Ciencias Naturales – ICN – de la Universidad Nacional, el cual evidenció los riesgos ambientales por la invasión biológica del hipopótamo en ecosistemas estratégicos de Colombia, especialmente en la cuenca del Magdalena Medio.

El procedimiento desde el punto de vista de Cornare:

Javier Parra Bedoya, director general de CORNARE nos cuenta: “Nosotros en Antioquia trabajamos unidos para hacerle frente a la problemática de los hipopótamos en el Magdalena Medio. En esta ocasión realizamos una cirugía de castración de una hembra, desde CORNARE aportamos la logística, el conocimiento y el corral, un centro apropiado para el confinamiento, y seguiremos trabajando para avanzar en el control de la reproducción, pues según el último censo del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, el Instituto Alexander von Humboldt y la Universidad Nacional, ya son más de 130 individuos.

En nuestra jurisdicción, con esta última cirugía sumamos 12 esterilizaciones y 38 individuos hacen parte de un piloto experimental de inmunocastración con GonaCon. Debemos hacer lo posible por controlar la reproducción de esta especie, que cada vez es más compleja y afecta los ecosistemas”.

 El procedimiento desde la mirada de Corantioquia:

Las autoridades ambientales hacen un llamado a qué #Paremosya la introducción de especies exóticas, como indica Ana Ligia Mora Martínez, directora general de Corantioquia, “Hacemos una invitación para que entendamos la importancia por la protección de nuestros ecosistemas y a no introducir especies que no son de nuestro territorio, porque se convierten en eso, una problemática y un riesgo. Seguimos trabajando articuladamente en alianza con las entidades y la comunidad, para que podamos mantener el equilibrio y unos ecosistemas sanos para todos”.

Los hipopótamos: ¡una especie invasora que habita Colombia!

Según el Instituto Alexander von Humboldt, el rango de hogar para un solo hipopótamo es en promedio 8 km2, necesarios para comer, desplazarse, aparearse, refugiarse y descansar. En consecuencia, la población actual de hipopótamos se encuentra en aproximadamente 2.000 km2 sobre la cuenca del Río Magdalena, lo equivalente a tres veces Medellín y una vez Bogotá.

De no controlarse la presencia de esta especie invasora en nuestro país, se podría alterar las estructuras de las redes tróficas y se pueden generar riesgos en los servicios ambientales que proporcionan los ecosistemas, como indica la investigadora Nataly Castelblanco Martínez y colaboradores. Dichos servicios son necesarios para la vida (de los seres humanos, los animales, las plantas y todos los seres vivos), tales como la provisión de alimentos, agua, purificación del aire, formación del suelo, polinización, entre otros.

Según los mismos autores, hoy, miles de especies de fauna y flora nativas en la subregión del Magdalena Medio se encuentran en riesgo por la presencia de una población abundante de hipopótamos, algunas clasificadas con categoría de amenaza por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza -UICN- debido a su vulnerabilidad, como el manatí, el bocachico, el caimán aguja, la nutria; y algunas endémicas y en estado crítico, como la tortuga del río del Magdalena.